En la CADE de este año hubo ofertas electorales, lo cual ha sido resaltado por muchos, pero también otras cosas que casi no se han mencionado.

La frase de Moisés Naim (“Los partidos políticos que fueron el hogar de los idealistas hoy son el hogar de los oportunistas”) graficó la situación que vivimos en el Perú y en América Latina. La solicitud del ministro de Economía, Alonso Segura, a los líderes políticos, señalando que faltan siete meses para las elecciones y que por favor detengan en el Congreso la avalancha de iniciativas legislativas inconstitucionales, fue otro de los pedidos importantes. Es claro que el partido de gobierno no tiene bancada ni ha logrado el consenso que se requiere para conseguir que el Legislativo genere las normas necesarias para el país, pero el pedido de Segura es importante y debe ser atendido.

Felipe Ortiz de Zevallos, hoy jefe de Transparencia, trató que el auditorio y los televidentes se compraran la reforma del sistema electoral. Esto, fundamental para el fortalecimiento de la democracia nacional, no se toma muy en serio. El país requiere de partidos políticos sólidos; eliminar el voto preferencial; instaurar la bicameralidad y enfatizar un gobierno con transparencia. Pero parecería que no importa en este momento y no nos damos cuenta de lo importante de estas reformas.

Como fuera, la CADE estuvo muy buena, los candidatos hicieron lo suyo y, cómo no, el resto, la cantidad de personas que lo siguieron en medios y redes.