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A juzgar por lo visto en los últimos días, en el sentido de que el hoy presidente Pedro Pablo Kuczynski hizo un trabajo para Odebrecht cuando era ministro del gobierno de Alejandro Toledo, y por la contundencia con que el viernes el pleno del Congreso aprobó discutir la vacancia esta semana, la suerte del gobernante parece estar echada, por lo que queda esperar que se siga con la línea de sucesión que establece la Constitución.

Si tal como se ve venir, el presidente Kuczynski deja el cargo por decisión del Congreso, quien debería quedar en el Sillón de Pizarro tendría que ser el primer vicepresidente elegido por todos los peruanos: Martín Vizcarra, pues así lo establece una Carta Magna que debe ser respetada y seguida al pie de la letra, sin necesidad de los extremismos que promueven algunos.

Acá no se trata de que Vizcarra no debe ser el nuevo mandatario por tal o cual razón, o tampoco la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz, y por lo tanto debe tomar el cargo el titular del Congreso, Luis Galarreta, para que convoque a elecciones. No, señores. Respetemos la Constitución, la institucionalidad del país y la línea de sucesión fijada, pues solo de esa forma podremos salir de esta crisis de la manera menos traumática.

Si hay algunas agrupaciones políticas que quieren irse a los extremos que incluyen el cambio de la Constitución y del modelo económico, allá ellos, pero en este momento lo que se necesita es superar el impacto de esta crisis generada por el actual mandatario, y la mejor forma es cumpliendo lo que dice la Carta Magna, aunque no nos guste, por razones subjetivas, el personaje llamado a asumir la Presidencia.