Esta huelga de maestros empezó en junio y el Gobierno se confió. No la olió. Se sabía, porque no es una novedad, que Sendero busca el control del magisterio. Tanto que, a estas alturas, Patria Roja está a la derecha de las protestas; y me refiero a los bloqueos del Cusco incluida la rotura de los rieles del tren a Machu Picchu. Sendero gana espacio porque el Estado se lo permite, dejando a los maestros en condiciones francamente deplorables.

No, todos los maestros no son terroristas. Sin embargo, el Ministerio del Interior ha confirmado que, en total, son unos 5 mil profesores vinculados al Movadef. Eso no pasa de un día para otro. Con una simple cronología, buena parte de la responsabilidad por esta infiltración se debe al exministro Saavedra. Fue él quien dejó estos sueldos paupérrimos y, lo que es más grave, permitió el avance senderista.

La reunión de hoy entre la Ministra y los profesores debe acabar con la huelga. Los acuerdos deben ser que, de aquí al 2021, el piso salarial no baje de 4 mil soles y seguir con las evaluaciones y una intensa capacitación. Si a la tercera el profesor no pasa, pues a su casa. Mal hace Fuerza Popular en plantear, justo ahora, la interpelación a Marilú Martens. Era mejor esperar a que la huelga se resuelva para de allí ejercer el control político.

Esto de la evaluación nos da una idea: antes de asumir un cargo público, también habría que ser evaluado. Desde congresistas hasta asesores deben pasar por pruebas y capacitaciones. Para ser congresista, mínimo se debería tener un título profesional. Hay que predicar con el ejemplo. Ahí se las dejo.