Evo Morales dejó por su propia voluntad México, que le había dado el estatus de asilado político luego de salir de su país al renunciar a la presidencia al confirmarse por la OEA un fraude electoral por él perpetrado para perpetuarse en el poder, y ha llegado a Argentina en calidad de refugiado. Su estatus jurídico en Buenos Aires no es el mismo que en México. Lo voy a explicar. La presencia de Evo en tierras aztecas se debió a la existencia de un acto persecutorio –la nueva autoridad boliviana-, que no ocultó su deseo de depositarlo en una cárcel por el referido delito de fraude, sino por las muertes producidas por la convulsión social por él provocada. Ante esa circunstancia, México soberanamente salió al frente para proteger a un perseguido político, concediéndole asilo dentro de su territorio. Se hizo de conformidad con el derecho internacional y la Convención sobre Asilo de Caracas de 1954. Pero Morales ahora se encuentra en Argentina y no es porque el gobierno de la presidenta altiplánica interina, Jeanine Áñez, lo esté persiguiendo para someterlo a la justicia de su país. No. Evo ha ingresado en territorio bonaerense con aquiescencia del flamante gobierno izquierdista de Alberto Fernández porque teme por su seguridad, teme por su vida. El temor es una poderosa razón para activar el refugio de conformidad con el derecho internacional del que Argentina lo hace propio y decide protegerlo porque es su prerrogativa soberana. No es, entonces, solamente su indiscutible calidad de actor político sino, principalmente, la de tratarse de una persona que pide protección porque argumenta que su vida estaría en inminente peligro de perderse. Eso explica por qué en el refugio prima el criterio humanitario, un presupuesto no necesariamente indispensable en el asilo con el que suele confundirse muy a menudo, aunque debo decirlo, no son incompatibles. Desde el realismo político, Evo decidió su viaje a Argentina porque estratégicamente estará más cerca de sus camaradas –ha sido proclamado unánimemente jefe de campaña para el próximo proceso de elecciones presidenciales-, y porque, además de contar con un régimen que lo engreirá a sus anchas, en ese país se encuentran sus dos hijos.

TAGS RELACIONADOS