La situación de emergencia en algunas provincias del centro del país se mantiene. Al problema del agro se suma en los últimos días el peligro de pobladores ante huaicos, deslizamientos y desbordes de ríos, todo producto de las intensas lluvias.

En Junín no solo colapsó el túnel Yanango, que conecta a la sierra con la selva central, sino también hay inundaciones en Satipo y San Martín de Pangoa. En Huánuco, dos niñas desaparecieron en el río Huallaga ante la crecida de estas aguas. En Huancavelica, de milagro y gracias a la ayuda de la Policía no ocurrió algo parecido. Pobladores intentaron cruzar un riachuelo en Julicamarca, pero se activó una quebrada del río Cachi y quedaron atrapados en medio del agua. Felizmente los efectivos hicieron hasta lo imposible por salvarlos.

Los gobernadores regionales y alcaldes ya tienen más de un mes en sus respectivos cargos, pero han dado muestras de una inacción alarmante. La mayoría sigue culpando a la gestión anterior de todos los problemas y distrayéndose con otros asuntos.

En Junín, la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones informó que no cuenta con maquinarias especializadas para atender las emergencias y que falta presupuesto. En tanto, el gobernador regional Vladimir Cerrón está más dedicado a una agenda nacional, con el objetivo de impulsar a su partido de izquierda como alternativa electoral en el 2021. En Huancavelica, ante un panorama de desastre, el gobernador regional Maciste Díaz partirá a Europa. En Huánuco, Juan Alvarado trasciende más por los escándalos por rodearse de funcionarios que maltratan a mujeres y permitir que familiares intervengan en asuntos de la gestión. Ellos deben entender que de sus aciertos o errores depende el destino de mucha gente. Ganaron las últimas elecciones porque encarnaban un cambio a lo anterior. Es hora que muestren capacidad e interés para que todo lo que proyectaron se concrete.