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Los permanentes enfrentamientos de nuestros líderes políticos han despertado en algunos sectores la complacencia e incluso alegría frente al dolor ajeno. La muerte y la ausencia de libertad del considerado enemigo público se festeja. Estamos en camino hacia un peligroso envilecimiento de nuestra sociedad.

Considero un deber moral, lejos del encono y la conveniencia política, reflexionar sobre la solidaridad, la alegría de nuestros compatriotas, sus verdaderas necesidades, para en base a ello unir esfuerzos y continuar el camino hacia el desarrollo y el bienestar de todos los peruanos.

En mayo del presente año, el INEI presentó un informe sobre la pobreza en nuestro país denominado “Perfil de la Población en Condición de Pobreza a Nivel Departamental 2012-2018”. Se informa que:

En el año 2018, 900 mil 500 personas se encontraban en extrema pobreza, el gasto per cápita no llegó a cubrir el costo de una canasta mínima alimentaria fijada en S/183 y el 20.5% de la población del país equivalente a 6’593,000 personas se encontraban en situación de pobreza.

Cajamarca es la región con mayor porcentaje de pobreza extrema, entre el 8.5% y 13.9% de su población, luego le siguen Amazonas, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Loreto, Pasco y Puno, entre el 6.0% y 7.7% de su población.

Es alarmante que el ingreso promedio mensual per cápita de los ciudadanos en extrema pobreza en Cajamarca es de únicamente S/183, en Huancavelica de S/209 y en Lima de S/387.

El 94% de la población pobre tiene empleos informales, solo el 57.9% estudia primaria, el 36.1% alcanza estudios secundarios y el 6.1% estudios superiores; el 83% tiene seguro de salud básico.

El Perú necesita paz, serenidad, sabiduría, lealtad con la patria y menos confrontación.

¡¡¡Tarea pendiente, juntos sí podemos!!! ¡¡¡Feliz 28 de julio!!!