Al cierre de esta columna se anuncia desde España un triunfo sin mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados del gobernante Partido Popular (PP) que lidera el actual presidente del gobierno, Mariano Rajoy. Se acabaron más de 37 años en que las Cortes Generales eran controladas totalmente por el partido gobernante de turno. En efecto, tuvieron el poder alternadamente el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con las figuras de Felipe González y Rodríguez Zapatero, y el actual partido gobernante, con José María Aznar y el propio Mariano Rajoy. El escenario político ahora ha quedado ensanchado debido a la emergente aparición de Podemos y Ciudadanos, dos agrupaciones políticas que han sabido capitalizar los votos de una mayoritaria juventud española decepcionada por la crisis económica de varios años y, con ellos, la de sectores tradicionalmente adictos al PP y al PSOE. En estas circunstancias, donde ninguno de los cuatro partidos referidos alcanzó la mayoría absoluta para controlar las Cortes, la negociación se volverá en adelante la regla para gobernar con cierta comodidad. El PP ha obtenido un mayor número de diputados gracias a su relativo éxito para frenar la crisis e iniciar la recuperación económica en un país donde los más golpeados han sido los jóvenes que sin trabajo y sin perspectivas migraron en busca de oportunidades. La progresiva actitud hacia el cambio generacional en la toma del poder político podría advertir, además, que los partidos tradicionales, ahora notoriamente debilitados, se coloquen en una posición de vulnerabilidad apresurando el fin del bipartidismo si acaso no muestran innovación y reingeniería política.