GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Cuando se mencionan las funciones de un congresista, se suele decir que son las de legislar, fiscalizar y representar. Sin embargo, pocas veces se menciona una fundamental para el adecuado funcionamiento del Estado: el nombramiento de autoridades en otras instituciones del Estado. El reglamento del Congreso llama a estos nombramientos "funciones especiales", que implican la designación del contralor general de la República, la elección del defensor del Pueblo, de los siete miembros del Tribunal Constitucional, el nombramiento del directorio del Banco Central de Reserva, así como la ratificación del presidente del Banco Central de Reserva y del superintendente de Banca, Seguros y AFP, estos dos últimos a propuesta del Ejecutivo.

Es curioso, porque esta importante atribución no suele estar presente en las campañas electorales de los que aspiran a llegar al Congreso. Se suele hablar de la importancia de mantenerse cercano al pueblo y de ser su voz (representar), se promete alguna ley en específico (legislar), y se señala la importancia de la lucha contra la corrupción (fiscalización); pero no se suele hablar de la importancia de realizar nombramientos con transparencia, buscando a los mejores profesionales para esos cargos tan importantes. Y estamos hablando del futuro de instituciones que son fundamentales para el desarrollo del país.

A través de estos nombramientos, los congresistas impactan en la lucha contra la corrupción, la tutela de derechos, entre otros aspectos de vital importancia. Sin embargo, no solemos escuchar propuestas en las campañas sobre cómo mejorar los procesos de selección, o compromisos electorales para garantizar la meritocracia en esos puestos. ¿Olvido, desconocimiento o interés político en que este tema no reciba la atención que requiere?