El Presidente de la República es un irresponsable político (artículo 128 CP), la responsabilidad se traslada a los ministros que refrendan sus actos para su validez. Si la vacancia presidencial no fue aprobada en razón de mantener la gobernabilidad para la atención de la crisis sanitaria y económica, el gabinete debió cambiarse una vez reconocidos los audios grabados en Palacio de Gobierno.

Los diferentes medios de comunicación, políticos y líderes de opinión consideran que la institución presidencial ha quedado debilitada luego de la vacancia; si es así, un “control de daños” resulta necesario de cara a los meses que quedan de gobierno. El análisis de excongresistas aconseja la renovación del Consejo de Ministros por uno de amplio consenso parlamentario, donde el Presidente de la República nombre un primer ministro con autonomía para conformar un nuevo gabinete y acudir al Congreso para exponer su política general del gobierno.

Si bien la vacancia no fue aprobada, la dureza del debate congresal requiere compensar la debilidad presidencial con un primer ministro que garantice la trasparencia en el manejo del gasto público hasta el próximo 28 de julio de 2021. El diseño de nuestra forma de gobierno permite nombrar un jefe de gabinete de coyuntura, no militante y “outsider” del Palacio presidencial, que pueda nombrar un “gabinete de crisis”, para evitar una posible y futura “crisis de gabinete”.

En resumen, a partir del pasado viernes 18 de septiembre se debe advertir un cambio de condiciones para ejercer la presidencia nombrando un primer ministro que garantice la conducción del Ejecutivo durante el proceso electoral, hasta finalizar el mandato constitucional. El Presidente de la República continuará personificando a la Nación y dirigiendo las relaciones internacionales, junto con un independiente y renovado Consejo de Ministros de salida.