El respaldo ciudadano al presidente Castillo cayó de 53% en julio a 38% en agosto según IEP, encuesta en que un abrumador 79% de ciudadanos señaló que se debe cambiar todo o parte del gabinete.

Algunos lo califican como el peor gabinete de la historia, otros resaltan que su nombramiento es una afrenta a los peruanos, y varios de sus ministros han sido señalados como impresentables e incompetentes. La Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República han cuestionado los nombramientos. Todo lo anterior por vínculos con Movadef y Sendero Luminoso, investigaciones judiciales, falta de estudios y experiencia, limitadísima participación de la mujer, así como homofobia y misoginia del titular del Consejo de Ministros.

En el debate del voto de confianza, los cuestionamientos de las distintas bancadas han estado muy presentes. No hay dudas, el gabinete actual no genera confianza, ni en los ciudadanos ni en muchos congresistas.

Preocuparon en el discurso las menciones a modificar la carrera magisterial y a respetar libertades democráticas “pero sin perder el derrotero que el pueblo nos pone”. El derecho a educación de calidad significa que maestros deben ser nombrados y ascender en función de capacidad de enseñar. No debemos retroceder en este aspecto. Y las libertades democráticas deben respetarse sin “peros”.

En el lado positivo figuran las acciones para prepararse frente a la tercera ola e impulsar el intercambio prestacional, así como brindar asistencia técnica a agricultores y destrabar proyectos de irrigación. También la intervención del Ministro Francke señalando que su prioridad es la reactivación económica promoviendo la inversión privada y pública, lo cual implica el irrestricto respeto a la propiedad privada.

Si bien el gabinete obtuvo los votos necesarios en el Congreso, ello fue a pesar de la desconfianza en el mismo. El presidente Castillo debe reformularlo por decisión propia, reuniendo hombres y mujeres, todos probos, sin vínculos terroristas, con conocimientos y experiencia. Lo que el Presidente Castillo debe ganarse es la confianza ciudadana. Y ello requiere cambios en el gabinete ministerial.