Ciertamente, no era fácil para el señor Humala armar otro equipo ministerial en la mitad del río y en los lodos de incómodos “affaires” que han venido afectando su mandato. Desde aquí, los mejores augurios para la gestión del nuevo jefe del gabinete, Dr. Pedro Cateriano Bellido. Creemos salvados los requisitos de honestidad, limpieza y noción clara de lo que es una república democrática.

El escándalo de la DINI nos había hecho sentir en las antípodas: en un mercado de compra-venta de secretos, lealtades y privilegios. Ana Jara había naufragado tras una histórica arremetida congresal: 72 votos por la despedida y apenas 42 por su permanencia. Y Nadine no servía para algún sillón, pues estaba muy ocupada con la causa por lavado de activos.

A partir de allí, cada ciudadano, libre de armar su propio “fixture”. Como las corrientes subterráneas dieron pie a los más escalofriantes pronósticos, comparto con los lectores algunos nombres del “gabinete de pesadilla” que invadió mis sueños:

• Premier: Martín Belaunde, el hombre de “los contactos” y amigo de los viejos tiempos;

• Ministro del Interior: Antauro Humala, reinventando la legislación penal desde su muy interior celda;

• Ministro de Energía y Minas: Gregorio Santos, el mago cajamarquino que convirtió riqueza en miseria;

• Ministra de Transportes: Susana Villarán, campeona del método “ensayo-error-y ahí queda”…