El coronel PNP Harvey Colchado fue conocido en la opinión pública cuando hace unos años, en el Congreso, hizo una arenga en defensa de su actuación como jefe del Equipo Especial en la División de Investigación de Alta Complejidad de la PNP (DIVIAC) que, ante los señalamientos de Carlos Tubino de ‘persecución política’ por las diligencias que adelantaba en el caso Lava Jato, respondió indicando que su trabajo era rastrear la corrupción y no era su culpa que, al hacer su trabajo, los políticos fuesen los autores de los actos de corruptos que él perseguía.
Estamos en 2022 y aunque los actores políticos que ostentan el poder son distintos a los de hace unos años, sigue recibiendo críticas por su incómodo trabajo; esta vez no es la mayoría en el Congreso la que pide su cabeza —como en aquel entonces— sino el presidente Castillo, que por medio de su abogado, Eduardo Pachas, denunció ante la Inspectoría General de la Policía Nacional del Perú a Colchado por presunta falta grave al haber ‘supuestamente’ vulnerado la inmunidad presidencial el día que acudió a palacio de gobierno a detener a Yenifer Paredes, sobrina del mandatario.
Más allá de que se trate de un caso inédito y sea una retaliación hacia el mandatario, tiene pocas probabilidades de prosperar en las instancias competentes, por lo que no será posible que el coronel Colchado pase a retiro, pero el daño ya está hecho y mientras estudian su caso será apartado momentáneamente de las investigaciones que adelanta la fiscalía sobre el actual gobierno. Así van las cosas para quienes no buscan omitir sus responsabilidades, pero lo que impresiona, es la serenidad del coronel para asumir todo esto.