Dentro de dos días se realizarán las elecciones municipales y regionales. Esta justa democrática se lleva a cabo en medio del evidente hartazgo de los ciudadanos frente a las tantas muestras de desidia, negligencia y corrupción que hay en las altas esferas de la política, comenzando por el Gobierno.
Han sucedido gravísimos episodios en todo el país y las autoridades de turno (a nivel nacional, regional, provincial y distrital) no dieron una respuesta a la altura de las demandas de la población.
Hay muchas señales de ineptitud en la gestión pública en todos los niveles. Hemos visto incapacidad de ejecución presupuestal, pero también escándalos por negociados y delitos de corrupción. Por eso la sensación de los electores es que estamos pasando lo peor y eso conlleva a no decidirse por quién votar o a inclinarse por el blanco o viciado. Mucha gente juzga que todos son iguales.
Este domingo la mayoría de peruanos irá a las urnas con escepticismo y desconfianza. Por ello, más que nunca, es necesario informarse bien sobre los candidatos y emitir un voto consciente. Se debe elegir al mejor. Hay postulantes de todo tipo. Un gran número sabe que la campaña es un escenario en el que todo vale, menos pasar desapercibido. Pero no todos son malos. Hay candidatos honestos, con propuestas interesantes y viables. Es cosa de decidirse y votar. Recuerden que no vale quejarse luego porque nosotros los ponemos allí.