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Las comparaciones son odiosas, dicen, pero a veces, aunque molesten, cumplen su objetivo: darte un remezón, sacarte de esa zona de confort que te mantiene aletargado. Vale, de vez en cuando, mirar lo que hacen otros con tu mismo potencial y lo que tú no. Sirve echar una ojeada al avance del vecino para analizar cuál es la causa de ese estado en que te encuentras, que te marca el avance de otros y tu estancamiento. Comparaciones necesarias que vamos a llevar esta vez al terreno de la televisión, industria en constante evolución y que quienes la manejan por estos lares parece que aún no se han dado cuenta, o en todo caso, no le quieren poner ganas para estar a la altura de lo que hoy se exige. Desde hace ya algunos años, cuando las producciones hechas especialmente para la televisión vía streaming (Netflix) mostraban una calidad pocas veces vista, empezamos a ver el desfile de producciones latinoamericanas hechas en México, Argentina, Colombia, que reflejaba un avance interesante respecto a los contenidos, realización y dirección. ¿Y nosotros? Pues, mirando impávidos el éxito ajeno. No se puede pretender competir de igual a igual si es que, para empezar, desde los canales de señal abierta no se arriesga, se continúa en lo tradicional, se da vuelta a lo mismo y hablamos de contenidos de ficción, por si acaso. Si no lo hacemos en las televisoras locales y marcamos un quiebre, y generamos una industria renovada que también incluya a las productoras independientes, poca capacidad de competencia mostraremos a la hora de proponer nuestros contenidos a canales de cable internacionales, plataformas en streaming que seguirán apareciendo y que necesitan de historias y realizaciones con un estándar A1. Celebramos El marginal (Argentina), La casa de las flores (México), Ingobernable (México-Colombia) y lamentamos que aún no podamos ingresar al mercado televisivo del futuro por nuestras pocas ganas de generar el cambio. Lo que sí está logrando espacio poco a poco, y hay que decirlo sin mezquindad alguna, es el cine nacional en su difusión por las diversas plataformas. Ver en Fox Premium Magallanes, Locos de amor, entre otros títulos, y en Netflix La hora final y se anuncia Soltera codiciada es comprobar que cuando se trabaja pensando en grande se consiguen los logros que se desean. La televisión local merece ese mismo criterio si se quiere que no la sigan comparando con la de los vecinos, y lo peor es que nos están sacando gran ventaja.