Héroes

UNO. Gracias a la recomendación de María Rosa Álvarez Calderón, mi interés por conocer el Museo del Señor de los Milagros fue creciendo y hace unas pocas semanas tuve la oportunidad de visitarlo. El equipo del museo ha hecho un estupendo trabajo de calidad internacional. Se trata de una exposición donde se observa la altísima preparación de nuestros profesionales y el profundo cariño del pueblo por el Cristo de Pachacamilla. El museo es el fiel reflejo de la fe de los peruanos, una fe mayoritaria que ha servido para unirnos frente a todas las adversidades. El cristianismo, amigos míos, es el fuego en el que nos hemos fundido, el Alfa y el Omega de nuestra síntesis. Por eso son incomprensibles las torpes declaraciones de los líderes de la desviación radical, un jacobinismo caviar que pretende acallar a la Iglesia católica y relegarla a las catacumbas. Pobres insensatos. La Iglesia no solo tiene el derecho de evangelizar, sino también tiene el deber de proclamar toda la verdad. Y esto incluye a la política, esa ciudad perversa en la que el hombre erige maestros a la medida de sus pasiones.

DOS. El Presidente comete un grave error al dejar en manos de la argolla caviar la lucha contra la corrupción. Eduardo Vega, el exdefensor del Pueblo interino, es funcional a la caviarada nacional. Eso significa que, en el mejor de los casos, Vega no hará mucho. Y en el peor, la anticorrupción, como sucede desde hace tres lustros, será utilizada como un instrumento de venganza política para liquidar a los enemigos de la izquierda y empapelarlos hasta el cansancio. Kuczynski no debe entregar dagas a los enemigos de la oposición. Si aspiras a la paz, no entregues armas a los mercenarios de la izquierda.

TRES. El Perú está de luto por la muerte de los tres bomberos. Uno de ellos era estudiante de la Universidad San Ignacio de Loyola, un joven emprendedor. Todos los que luchan por el bien común tienen que vivir con dignidad y en paz.