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Una comisión del Congreso ha aprobado por unanimidad el informe que sindica al expresidente Ollanta Humala como el “capitán Carlos” de la base contraterrorista de Madre Mía a inicios de los años 90, donde se cometieron brutales asesinatos, lo que debería llevar al Ministerio Público a reabrir una investigación, esta vez seria y sin sesgo político, para conocer toda la verdad sobre lo sucedido en los tiempos en que el exmandatario se desempeñaba como miembro del Ejército.

Tengamos en cuenta que en este nuevo proceso Humala tendrá que responder por hechos muchísimo más graves que aquellos que afronta actualmente por los presuntos delitos de lavado de activos tras haber recibido dinero de la empresa Odebrecht para su campaña del 2011. Estamos hablando de presuntos asesinatos de los que sería el responsable directo, a juzgar por testimonios que se han ido conociendo desde hace más de una década.

Además, el de por sí necesario nuevo proceso contra el expresidente Humala, más allá de si resulta culpable o no, podría servir tanto al Ministerio Público como al Poder Judicial para lavarse la cara, luego de sospechosos ocultamientos de audios en cajones de escritorios, cambios de versiones de testigos que jamás fueron tomados en cuenta y un archivamiento escandaloso alentado, irónicamente, por una izquierda que se promociona como “defensora de los derechos humanos”.

Tengamos en cuenta que el informe aprobado ayer por la comisión “Madre Mía” no sindica al expresidente como responsable de las muertes, pero sí aporta indicios y nuevos casos que por lo menos deberán motivar la apertura de una investigación de parte del Ministerio Público, por más que Humala se moleste y hasta quizá insulte a los fiscales, tal como la vez que llamó “loco” a un magistrado, al que acusó de elaborar un “mamarracho” y una “salvajada jurídica”.

En el Perú no puede haber intocables frente a la justicia, y más aún cuando estamos frente a posibles delitos muy graves. Si Alberto Fujimori fue condenado bajo la figura de la “autoría mediata”, acá estamos hablando de testimonios que comprometen de manera más directa a Humala. Esta es una gran oportunidad para que se aclaren los hechos de Madre Mía y, si es necesario, se sancione a los responsables de las muertes denunciadas.