Desde las culturas preincaicas, los andenes o terrazas agrícolas se utilizaron para reducir la degradación de los suelos en el Perú. A pesar de los beneficios que ofrecen, el mayor problema es el abandono y sobrepastoreo; los cuales reducen considerablemente la efectividad de estos sistemas. Actualmente, contamos con 340,000 ha de terrazas que conservan y preservan los suelos agrícolas.

El Instituto Geofísico del Perú (IGP) se encuentra generando evidencia científica sobre la eficacia de estos sistemas. Para ello, instrumentó tres parcelas cercanas entre ellas: el sitio de referencia con 100 % de cobertura vegetal y 0 % de pendiente, laderas sin terrazas y con terrazas (Tipo-3). Se adoptó un enfoque de muestreo multi-transecto. Asimismo, la profundidad de muestreo fue de 20 cm y se recogieron un total de 72 testigos totales y 2 testigos laminados a lo largo de 6 transectos paralelos en dirección de la pendiente. Mediante el uso de los isótopos ambientales se reconstruyó las tasas de erosión de los suelos agrícolas. Nuestro estudio reveló que las terrazas agrícolas reducen la erosión del suelo en 33 %, equivalente a 10 ton/ha/año en cuencas de montaña del Perú. Es decir, las tasas de erosión promedio del suelo en los sitios con terrazas es 17 ton/ha/año y en sitios sin terrazas de 27 ton/ha/año.

También se caracterizó la variabilidad espacial de la erosión de los suelos en un área de tan solo 1 hectárea, reflejando los efectos de la actividad antrópica en la conservación de los andenes sumado a las características propias del terreno, como la pendiente, cobertura vegetal y tipo de suelo. Estos resultados muestran la importancia de las terrazas agrícolas en la reducción de las pérdidas de suelo. En ese camino el IGP sigue haciendo “Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar”.

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