La clase política - con los congresistas en primer orden- no tiene interés para salir de la rutina y la cobardía de defender lo suyo por encima de todo. En estos momentos que se necesita cohesión y un solo discurso para afrontar conflictos graves como el de “Tía María” en Arequipa, hace gala de su individualismo y ánimo bélico, que generan más caos e impaciencia.

Hace poco el expresidente Alejandro Toledo, dijo que cuando era Jefe de Estado y tenía un incendio siempre fue el principal bombero que iba a dialogar. Inmediatamente le dijeron de todo, lo más suave fue mentiroso. Por ejemplo, el congresista Héctor Becerril respondió: “Cuando Toledo dice que era el primer bombero en apagar los incendios, se refiere a apagar la resaca”.

Daniel Urresti también puso su gota de combustible en la hoguera de Islay al decir que “ya es hora que el diablo Arana sea desenmascarado, este delincuente está causando daños y muertes en el sur”. Y el exsacerdote Marco Arana respondiendo: “congresistas pro Southern y trolles buscando imponer Tía María”.

Los políticos no están eligiendo lo correcto, ni piensan en equipo, ni le dan prioridad a lo que necesita el país. Y para colmo el presidente Humala, en estos días de convulsión social en el sur, parece un extra de película, una persona casi condenada al escalón jerárquico de los adornos. Aparece demasiado parado y falto de reacción.

El Jefe de Estado debió ser más activo en este conflicto que dura 6 años y ya dejó como saldo 5 muertos. Ojo que el Gobierno se enfrenta a una muchedumbre de antimineros, quienes tienen más sentido de comunidad y grupo que los políticos. Sin embargo, también tiene que lidiar contra mercenarios, quienes quieren imponer sus deseos porque ven débil a la clase política y a las autoridades. Son extorsionadores, disfrazados de dirigentes sociales, que salen a protestar sabiendo que la función verdadera está en las oficinas, donde se hacen los negocios.

Por ahora, el Estado parece fiarlo todo a la represión, pero eso no es un buen síntoma. Se necesitan mecanismos legales y comunicacionales para que emerja algo nuevo como metáfora de lo posible en esta historia cargada de odios y violencia que hace estragos al país.