El avance de la delincuencia y la inseguridad ciudadana en el Perú, especialmente en la ciudad de Lima, ha exigido a las autoridades a tomar medidas extremas que consideran ayudará a combatir a las mafias de extorsionadores, trata de personas, prostitución y el sicariato. En lo referente a la capital de la República, se declaró el Estado de Emergencia en cuatro distritos y entre varias de sus normativas, se señala una en la que se ve afectada nuestra frágil industria del entretenimiento y los negocios que ofrecen servicios. “Todo evento social, discotecas, conciertos, entre otros acontecimientos o establecimientos similares que operen o funcionen por la noche en Lince, San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres y Cercado, solo podrán realizarse hasta la medianoche, igualmente las reuniones y concentraciones de personas estarán prohibidas”, dice la norma. Es por todos conocido que muchos negocios y emprendimientos que tienen que ver con la diversión y el espectáculo,  recién este año, poco a poco, han podido recuperarse de los estragos de la pandemia que echó por lo suelos a los que apuestan por ese rubro. ¿Pero es realmente gravitante para la lucha contra la delincuencia ponerle límite a las discotecas, shows y restaurantes en los distritos considerados peligrosos? ¿No sería mejor afinar operativos en los que la inteligencia policial identifique dónde se encuentran los mafiosos? Es comprensible que en las últimas semanas muchos empresarios del sector hayan manifestado públicamente su desacuerdo con una medida que restringe su habitual horario de trabajo con las consecuencias de un menor ingreso que repercute en los trabajadores. Consideran que hay que enfrentar a la escoria de la sociedad sin perjudicar a gente trabajadora, y lo peor de todo es que continúan los atentados y extorsiones, lo que nos da a entender que hay que realizar algunos ajustes a una medida extrema como el Estado de Emergencia. Se vienen dos eventos importantes en el calendario del entretenimiento, que exigirá a las autoridades del sector garantizar la seguridad a quienes buscan divertirse en Halloween y el Día de la Canción Criolla. ¿Ordenar que todo acabe a la medianoche en los distritos considerados con violencia exacerbada resolverá el problema? La respuesta está en la cancha de los especialistas.