La Decana de América alberga en su interior a grupos estudiantiles propensos a la intolerancia, la adjetivación grosera y la violencia irracional. La conferencia académica “Influencia del globalismo en la concepción de los derechos humanos”, programada para el 5 de junio en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y liderada por el congresista Alejandro Muñante, fue suspendida por hostilidades demostradas por grupos estudiantiles organizados. No caemos en juicios desproporcionados cuando afirmamos: ¡La esquelética inteligencia de sus miembros, se limita a maldecir impunemente a quien razona diferente! La universidad es la casa del saber y el epicentro de las operaciones intelectuales; por eso es inconcebible que se impida la realización de una conferencia usando la intimidación y estimulando la agitación interna. Incapaces de engendrar una idea coherente y razonable, recurren a la furia intolerante. Sobre la intolerancia, Francisco García-Calderón Rey, miembro de la Generación del 900, decía: “No comprendemos la originalidad de cada ser, la libertad de otras conciencias. Solo concebimos un pensamiento monótono, sujeto a los mismos moldes eternos. Odiamos la originalidad, la convicción propia, el gesto nuevo”. Un grupo de alumnos sanmarquinos -de reducidas capacidades cognitivas-, pretenden erradicar el pensamiento disidente por medios hostiles, en lugar de superar al adversario a través de argumentos debidamente fundamentados. Por eso, además de ser un fermento de la intolerancia, son ¡intelectualmente infértiles! El mérito extraordinario que tiene la prestigiosa UNMSM, no puede disminuir por culpa de intolerantes, perezosos intelectuales y vulgares agitadores.