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Arequipa en una semana, del 16 al 20 de setiembre, se convierte nuevamente en la capital mundial de la minería, con la realización de Perumin-34 Convención Minera, bajo el lema “Minería: Ciencia, Innovación, Tecnología y Educación”.

En este importante evento se busca analizar y debatir los desafíos del sector, y reafirmar su importancia para el desarrollo económico y social del país. Aunque debido a los problemas sociales ya conocidos peligraba su realización, el Comité Organizador- con Carlos Gálvez en la presidencia- ratificó la voluntad de continuar.

Las oportunidades de inversión en la minería son varias, pero están amenazadas por una corriente de rechazo promovida por políticos que bloquean su desarrollo. En consecuencia, se deja de generar riqueza para el país.

La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), a inicios de agosto, revelaba que las inversiones mineras en el Perú alcanzaron los 2532 millones de dólares entre enero y junio del presente año, cifra mayor en 26.2% respecto de similar periodo del 2018 (2000 millones de dólares). Sin embargo, lo proyectado para concluir este año y el próximo no será del todo auspicioso si el país no retoma su paz social.

Las protestas escaladas y la coyuntura política actual enturbian lo proyectado. El Gobierno tendría problemas para atender el presupuesto anual y se pondría en peligro la tasa de crecimiento, que por suerte sigue positiva.

Perumin servirá como un termómetro de lo que pueda venir en inversiones mineras para los siguientes años. Ojalá que estas iniciativas privadas sean auspiciosas, de modo tal que el Perú no pierda ese atractivo que aún posee para hacer empresa.

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