Es inaceptable el poco respaldo que el Gobierno presta a Loreto. No solo todo es más caro y de relativa calidad, sino que la lejanía física y de comunicación con la que se mantiene a esa ciudad capital de un territorio que es casi la mitad del país es de espanto. Ni Puerto Maldonado está tan alejada del circuito nacional.

Hasta ahora, el canon petrolero ayudó a realizar algunas obras. Pero es necesario mucho más.

Se ha planteado hace buen tiempo y está en el Congreso un proyecto de ley para que se extiendan los beneficios de la zona a la industria que va más allá de los productos muy propios de la región, de modo tal que se empiece a crear un polo de desarrollo como el de Manaos en Brasil.

Por cierto, este Ejecutivo, que siempre va detrás de los acontecimientos con su manguera de bombero para apagar incendios y no con una actitud proactiva para que estos no se generen, ni siquiera ha enviado al Parlamento su opinión sobre esa iniciativa, respaldada por los loretanos, para que pueda abrirse un nuevo canal que dependa más de las facultades de riesgo de las personas en su emprendimiento que de los recursos naturales. Cosa que, además, ayudaría -aunque parezca paradójico- a recaudar más impuestos y a descansar más en los servicios que pueden prestar los particulares.

Una inmediata mirada del Ejecutivo sobre este proyecto, o un golpe de autoridad del Congreso, aunque sea en este último año, ayudaría mucho a esa deprimida zona.

¿Tendrá el Gobierno algún reflejo o el Congreso un poco de audacia para avanzar decididamente con este proyecto a pesar de la pereza del ministro? Veremos si la esperanza se plasma en ley.

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