Con 95 años y por contar todas sus vacunas, la reina Isabel II, que ayer dio positivo de COVID-19, pasará la enfermedad con manifestaciones muy atenuadas. La monarca más longeva del planeta que ha celebrado en la primera semana de febrero el Jubileo de Platino -70 años de convertirse en monarca del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte-, viene pasando en estricto privado los días en que, como a muchos otros mortales debidamente vacunados, solo tendría signos como de un resfriado. A la fecha no hay nada serio que pudiera anunciar su deseo de despojarse de la corona que corresponderá por sucesión a su hijo mayor, Carlos, Príncipe de Gales, y registrado en el imaginario mundial sobre todo por su matrimonio con la emblemática y desaparecida Diana de Gales, fallecida trágicamente en 1997. A Isabel, en total uso de sus facultades, ahora más que nunca le convendrá mantener vigorosa en medio de una Casa Real entrampada con situaciones muy complejas. Primero, la muerte de su esposo, Felipe de Edimburgo (2021), enseguida las renuncias voluntarias a derechos reales por su nieto, el Príncipe Harry casado con Meghan Markle, y últimamente, las imputaciones de abuso sexual al menor de sus hijos, el Príncipe Andrés. Isabel es la monarca que más tiempo se mantiene al frente del reino, habiendo superado a su bisabuela la reina Victoria y otrora famosa monarca del siglo XIX. Su elevación a la condición de reina solo fue posible por la muerte de su padre Jorge VI (1952) que padecía de una enfermedad, y éste a su vez, ungido monarca por la abdicación de su hermano Eduardo VIII que se apartó de la corona para contraer matrimonio con la estadounidense Wallis Simpson. Isabel ha visto pasar el siglo XX por grandes cambios. Joven durante la Segunda Guerra Mundial, vivió todo el proceso de descolonización ulterior, la Guerra Fría de comienzo a fin, la llegada del hombre a la Luna, la entrega de Hong Kong a China en 1997, el fenómeno de la globalización y hasta la reciente salida del Reino Unido de la Unión Europa (2020), y si para América Latina se vuelve relevante, la guerra de las Malvinas (1982), arrebatadas a Argentina, entre innumerables acontecimientos. Isabel II, estoy seguro, superará los estragos de la Covid-19, camino de prepararse para celebrar en junio próximo, el aniversario de su entronización.