El 10 de abril pasado el Perú acudió a las urnas para elegir democráticamente a su presidente y congresistas, como lo hace cada cinco años.

El pueblo le dio un 40% de respaldo a Keiko y un 23% a PPK, quienes pasan a segunda vuelta para definir quién gobernará el país.

Verónika Mendoza tuvo un crecimiento importante, una semana antes incluso una encuestadora la dio como segunda, pero una campaña agresiva contra ella en las redes sociales, donde se le veía con Ricardo Letts y Hugo Blanco, asustó a muchos, que migraron a PPK.

Alfredo Barnechea había crecido y amenazaba con llegar al segundo lugar, pero cometió muchos errores, como rechazar un sombrero a un humilde ayacuchano, despreciar un chicharrón y hacerle un desplante a Mercedes Aráoz, y eso le costó no solo seguir creciendo sino caer en picada; es que en política la forma lo es todo.

Alan García tampoco estuvo entre los primeros, a pesar de haber hecho un buen segundo gobierno. Sus rivales desplegaron contra él una carga negativa y permanente que hizo dudar a muchos; la alianza con el PPC y Vamos Perú no funcionó.

Gregorio Santos obtuvo un 4%: justo lo que le faltó a Verónika para pasar a segunda vuelta.

Ahora, tanto Keiko como PPK tienen que buscar votos hasta debajo de las piedras. Barnechea y García podrían apoyar a PPK, pero el voto de la izquierda, representado por Verónika y “Goyo”, decidirá la gran final.

Si gana Keiko, desde ya cuenta con una gran bancada que le permitirá gobernar sin problemas; pero si gana PPK, tendrá que buscar aliados para tener una bancada que le permita aprobar los principales proyectos de ley que vendrán de Palacio.