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La última declaración de PPK en La Oroya, aquello de “me ayudan con una marcha al Congreso y yo ayudo para que esto salga; ustedes saben quién controla el Congreso”, podría tener más de una explicación. El áspero escenario que los fujimoristas han venido canturreando, sobre lo que será el próximo Congreso, es el más inmediato.

No obstruccionistas, pero seremos oposición. No obstruccionistas, pero no los queremos en la Mesa Directiva. No obstruccionistas, pero a ver si nos convence tal o cual ministro. No obstruccionistas, pero olvídense de tal o cual comisión. Negando lo que podrían pasar un poco en la realidad; y profetizando un quinquenio de innecesarias trincheras en la Plaza de Armas y la Plaza Bolívar. Tanta belicosidad fujimorista, y tanta sangre en el ojo la verdad, que el Presidente electo no ha tenido mejor idea que hacerles el pare. Si se ponen majaderos, allí está la calle.

Que no es de lo que se trata, tampoco. Los fujimoristas tienen que acabar de una vez con el mentecato efecto de la derrota. Esta semana, Carlos Raffo le dio un consejo a Keiko Fujimori en la móvil de #PrimerPlano, mi programa diario de Willax: “Tienes que ser Lady Di, aceptar todo lo que proponga PPK, optar por la paz y no la guerra; si se equivoca será él, no tú”. Raffo acusó al actual estado mayor de Keiko, Ana Vega y Pier Figari, de ser los instigadores de su postura distante y de pocos amigos.

Más de uno diría que Raffo habla por la herida, pero Keiko puede aplicar su estrategia de cohabitación con PPK. Ya se mostraron los dientes ambos; ahora toca la paz que Fernando Zavala deberá forjar.