¿Qué le puede dar a Alianza Para el Progreso, el partido de César Acuña, una alianza con el Partido Popular Cristiano?, se preguntaba más de uno el lunes, cuando se dio a conocer la noticia de este nuevo casamiento electoral. Y, desde Trujillo, la ciudad desde donde Acuña fundó su partido, dentro y fuera de esta tienda política también se preguntaban: ¿Le puede acaso sumar el PPC votos a APP en las elecciones de 2021?
Si solo pensamos en los votos, la apuesta de APP parece tener poco que ganar. Bastaría con ver lo ocurrido en las pasadas elecciones presidenciales, cuando fue con el Apra. Sin embargo, como ya algunos han empezado a mencionarlo, el objetivo de Acuña con esta alianza va más allá de lo electoral. Es decir, iría a otros aspectos que, directa o indirectamente, también pueden terminar influyendo en lo electoral.
Acuña no ha olvidado cómo le fue en la CADE del año 2015, cuan chamuscado salió de ese cónclave. Del mismo modo, su maquinaria electoral potente funciona engranada en las regiones, pero se traba en Lima, tiene resistencia en Lima, donde la imagen de Acuña no cala como lo hace en el interior. La apuesta del líder de APP y exalcalde de Trujillo parece apuntar al sector empresarial y -por qué no decirlo- mediático. Aparentemente, ha encontrado en el PPC esa puerta que le permita ingresar en linderos que él considera resistentes y aún inconquistables.
¿Le resultará esa apuesta a Acuña y su partido? Eso es otra cosa, y no podemos saberlo a ciencia cierta. Como en toda apuesta, no hay nada seguro, todo puede pasar. Y, por ahora, hay resistencias expresas dentro de los partidos en cuestión. En Trujillo y en Lima, y por supuesto en otras partes del Perú, hay hoy mismo apepistas y pepecistas descontentos con esta alianza.