Aunque se haya conocido a través de una filtración de Gilbert Violeta, y no mediante conductos regulares, la decisión del TC de revertir la mal llamada ley antitránsfugas podría significar, si el Gobierno aprende a leer bien y rápido los movimientos de la política, el contrapeso parlamentario que necesita la administración PPK.

Brincarán varios, es verdad, pero todo apunta a un recambio en el sector “kenjista” de Fuerza Popular. Lo más probable es que el menor de los Fujimori arrastre consigo a unos 20 congresistas. El fujimorismo perdería así su condición de bancada arrolladora, algo que quisieron mantener gestando esta norma, hoy inconstitucional según el TC, para evitar esta especie de diáspora que hoy se avecina.

Porque, si nos atenemos al comportamiento de Kenji Fujimori en los últimos meses, lo que presenciaríamos en el futuro inmediato es la creación de una bancada pepekausa no oficial. Sean los 20 que se anticipan o menos, más los únicos 10 que según Zavala son los que coordinan con el Ejecutivo, el número de votos oficialistas se triplicaría de un sopapo. El llamado de congresistas como Mauricio Mulder a desconocer este fallo no tendrá eco, ya que las disposiciones del TC se cumplen a rajatabla según la ley.

Así las cosas, el Gobierno podría estar ante un tercer debut, apoyado en una recomposición de fuerzas que termine dándole un mayor margen de maniobra en el Congreso. Los fatalistas le dirían a PPK que a la tercera va la vencida. Lo que aquí decimos es que PPK no tendrá una oportunidad igual para, ahora sí, echar a andar el país y sacarnos de este trance insoportable.