Vuelve al debate el tema de la bicameralidad y la considero de urgente necesidad de implementarla luego de la amarga experiencia que tenemos con el actual Congreso unicameral que no aportó nada el sistema democrático en su vigencia. Con una nueva reconsideración, el Congreso volvería a votar el texto sustitutorio que propone la vuelta del Senado, cuyo retorno fue dinamitado por el lagarto Vizcarra, el autor de la situación política mediocre que tenemos hoy.

Es bueno conocer que la mayoría de países del continente tienen dos cámaras que les ha permitido tener un verdadero equilibrio en las funciones congresales. Países de menor población que la nuestra como Bolivia de 13 millones cuentan con dos cámaras. Igualmente, Uruguay, de 4 millones de habitantes. No es posible que Perú con 35 millones de pobladores tengamos un solo y mediocre Congreso unicameral que con el tiempo nos ha demostrado que para la democracia no es conveniente por la carencia de calidad y propuestas de las leyes. La actual Constitución manda que el Congreso lo conforman 130 congresistas elegidos por regiones. El Senado tendría 60 miembros como mínimo, con lista única nacional, con al menos un senador por circunscripción electoral; mientras que la Cámara de Diputados serán 130 miembros como mínimo y representan solo a sus regiones.

Es verdad que el unicameralismo ha mostrado limitaciones y lo podemos evidenciar en las pésimas y rápidas leyes que se expiden sin mayor análisis. Esto afecta la gobernabilidad. En lo que tiene de vigencia este sistema miles de leyes han sido observada por el Ejecutivo. Esto debe acabar. El Perú fue bicameral (180 diputados y 60 senadores) hasta el autogolpe de 1992.