En la campaña pasada, Kenji tuiteó: “En el supuesto negado de que Keiko pierda, yo postularé el 2021”. El tuit demostró dos cosas: la primera, el poco oficio político de Kenji; y la segunda, su intención de postular.

A partir de ahí, Kenji ha empezado a desmarcarse políticamente de Keiko. Cuando la bancada fujimorista torpemente acató órdenes para no investigar a los curas sinvergüenzas del Sodalicio, Kenji opinó lo contrario e hizo que Fuerza Popular se corrija en conferencia de prensa; Kenji ganó y Keiko perdió.

Hace muy poco, la bancada fujimorista ha presentado un proyecto de ley para que quienes tengan una acusación fiscal no puedan dirigir un medio de comunicación. Dicho proyecto es a todas luces inconstitucional, porque todos somos inocentes mientras no se pruebe lo contrario con una sentencia consentida y ejecutoriada en última instancia. Kenji aprovechó el error de su hermana y tuiteó defendiendo la libertad de prensa. Kenji ganó y Keiko perdió otra vez.

Si Kenji quiere postular a la Presidencia, tendrá que formar un partido político, porque no creo que Keiko le ceda gratuitamente el liderazgo de Fuerza Popular, más aún teniendo un gran colchón electoral que la anima seguramente a postular el 2021.

Kenji seguirá oponiéndose a las propuestas de su bancada cuando estas sean incorrectas, y tiene la seguridad de que no lo pueden expulsar porque se apellida Fujimori.