En el mundo en que vivíamos, muchos de nosotros ya habíamos aprendido a manejar la comunicación no verbal, a expresarnos con gestos y con el volumen de la voz, fuera del uso de palabras. Habíamos aprendido a mostrar aceptación con una sonrisa, a utilizar los brazos y el cuerpo para enfatizar una idea o a mostrar transparencia colocando las manos sobre la mesa en una reunión. Hoy, varias de nuestras reuniones son videollamadas y nuestras conversaciones incluyen mascarillas, por lo que la comunicación se vuelve más compleja. Y, si notamos que seguiremos un tiempo más viviendo de esta manera, es imperativo prestar atención a este tema. Analizando qué ha cambiado, encontramos que las reuniones virtuales, en el caso que incluyan video, solo permiten ver rostros, no la expresión completa del cuerpo. Mientras tanto, en encuentros presenciales, las mascarillas cubren buena parte de la expresión facial y nuestras palabras se escuchan con volumen más bajo por la distancia social.El problema es que, antes, las personas ya teníamos problemas de comunicación, nos costaba escucharnos y nos era difícil hacernos entender, ¿de qué manera podemos potenciar nuestra comunicación para que no empeore e, incluso, mejore?Las soluciones siempre parten por tomar consciencia del problema y hacerse cargo de resolverlo, pero incluimos algunas sugerencias que pueden aportar.Respecto a reuniones virtuales, recomendamos:- Utilizar el volumen de la voz. Subir o bajar el volumen para enfatizar una idea. - Manejar la velocidad con la que hablamos. Las llamadas suelen tener interferencia o se cortan por lo que es bueno hablar más lento o repetir la idea central. - Manejar la parte del cuerpo que se ve en una llamada. Puedes alejarte de la cámara para mostrar un panorama amplio o acercarte para expresar complicidad. Considera que tu audiencia ve tus brazos hasta el límite de la cámara. Sobre los encuentros presenciales, sugerimos: - Utilizar brazos y manos para expresar lo que la sonrisa ya no puede. Si antes decíamos gracias, por favor o ayúdame con distintas maneras de sonreír, hoy veamos opciones. - Vocalizar para que las palabras sean mejor entendidas.- Aumentar el volumen de la voz para que nos escuchen.- Preguntar si no hemos escuchado o entendido. También podemos preguntar a nuestro interlocutor si entendió lo que dijimos.Los desafíos en estos tiempos seguirán, pero intentemos que la comunicación no solo no empeore, sino que incluso mejore.
La comunicación no verbal en jaque
Columna de opinión.