Lo ocurrido ayer con un grupo de comandos Chavín de Huántar en retiro que se negaron a rendir honores militares al presidente Pedro Castillo es más real que aquellas arengas pidiendo el cierre del Congreso o el cambio de la Constitución que acompañan al mandatario en estos “Consejos de Ministros descentralizados o mesas de trabajo” que no son más que un baño de popularidad donde solo dejan entrar a quienes le son favorables a la gestión y que no llegan a solucionar los problemas para los que fueron convocadas.
El gobierno recurre al asambleísmo y al populismo para intentar solucionar los conflictos sociales, pero estos se desbordan y las autoridades prefieren jugar a un doble discurso para tapar su ineptitud para gobernar. Por un lado, el presidente Castillo llama a la unidad, mientras horas más tarde plantea un ilegal referéndum para una Asamblea Constituyente. ¿Ese es el cambio radical que ofreció a monseñor Pedro Barreto? ¿Ya se convencieron los “ingenuos” de la entraña de este régimen? El plan es evidente.
Nadie, y mucho menos una autoridad, puede lanzar estas afirmaciones tan alegremente mientras el país se sumerge en el caos debido a las protestas pues solo sirve para generar más inestabilidad política y económica.