No es un secreto que la delincuencia y criminalidad galopa en nuestro país. Sin embargo, hay algunas regiones donde la inseguridad ciudadana es de espanto. Por ejemplo, La Libertad, departamento que en los últimos 15 años ha sido liderada por César Acuña y autoridades de su partido, Alianza para el Progreso, ha sufrido un deterioro significativo en este aspecto..
Los datos son estremecedores: 25 asesinatos en los primeros 25 días de enero, 19 muertos por homicidios en los primeros 11 días de febrero, arrojando un panorama desolador. En un reciente suceso, un menor de tan solo 15 años fue víctima de un tiroteo mientras conversaba con un amigo, mientras que un empresario del ámbito artístico denunciaba ser víctima de extorsión, con amenazas de atentar contra su vida o la de sus artistas si no pagaba una 30 mil soles.
La sensación de inseguridad y vulnerabilidad ante la delincuencia también ha alcanzado a figuras públicas como Paolo Guerrero, quien ha decidido no viajar a Trujillo para jugar con la Universidad César Vallejo, a pesar de tener un contrato firmado con el club. Resulta paradójico que el propietario del equipo, responsable de conjurar el terror que afecta a los habitantes de La Libertad, no haya sido capaz de garantizar la seguridad ni siquiera a uno de los deportistas más reconocidos del país.
El caso del destacado goleador de nuestra selección ha logrado poner en relieve esta problemática tan sensible para todos los peruanos. Es imperativo que esta situación sirva como un llamado de atención para las autoridades, instándolas a reaccionar con eficacia y determinación para erradicar este flagelo.
