Uno de los eslóganes políticos más populares en la historia del Perú fue el que utilizó José Luis Bustamante y Rivero en su campaña electoral de 1945. “Vota por Bustamante y comerás bastante”, decía. Esta promesa y muchas más le permitieron llegar a la presidencia de la República ese año. Sin embargo, poco tiempo después de asumir el cargo no pudo cumplir con sus propuestas.

Salvando las distancias históricas e ideológicas, la frase del presidente Pedro Castillo en su campaña me hace acordar las promesas que nunca se pudieron realizar. “No más pobres en un país rico” fue una denuncia más que un plan. Tuvo buen marketing pero nunca planteó soluciones. Hoy la decepción de los peruanos es grande.

No en vano, en la última encuesta de El Comercio-Ipsos el Jefe de Estado tiene una desaprobación del 45% y una aprobación de 38%. Esperemos que Castillo entienda que estos resultados adversos son una lección para él, pero también le brinda la oportunidad de rectificar el rumbo. A veces a los presidentes les cuesta decir: “Me equivoqué, voy a cambiar”. Debe aprovechar esta ocasión. De lo contrario, será solo el capitán de un barco que ve al iceberg y le apunta para chocar contra él.

Es evidente que el festival de nombramientos de funcionarios, las renuncias y ceses en tiempo récord, el aumento de precios de los productos de primera necesidad, del gas y el dólar, entre otros, ha generado el rechazo de la mayoría de peruanos. Y encima, si el presidente no sabe o no puede comunicarse, se acrecientan los problemas ya que no tiene posibilidad de que lo comprendan.

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