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El presidente Pedro Pablo Kuczynski parece estar aplicando una estrategia que dudo le traiga buenos resultados: decirles a los peruanos que los nuevos intentos de vacancia que existen en su contra son un complot de la izquierda para tumbárselo por haber indultado a Alberto Fujimori, cuando en realidad su cabeza está en juego por las consultorías que hizo para Odebrecht en los tiempos en que era ministro del hoy prófugo Alejandro Toledo.

Es verdad que la izquierda trasnochada, chavista, minoritaria y aliada con radicales que tenemos representada en el Congreso es la que ha presentado las mociones, pero más allá de eso, el Mandatario debe entender que diferentes sectores podrían respaldar su salida por el tremendo lío de las consultorías, de las cuales, con toda seguridad, hablará Jorge Barata una vez que sea interrogado por fiscales peruanos este fin de mes.

De ser solo un tema de la izquierda, ¿por qué el Presidente la hace tan larga para ir a declarar ante la comisión “Lava Jato” del Congreso? Hace casi dos meses ofreció hacerlo y hasta ahora nada. ¿Por qué esperar a lo que diga Barata sobre los nexos profesionales -vía consultorías- entre Odebrecht y el actual jefe de Estado? Sea por Nuevo Perú, Frente Amplio o por otra bancada que presente una nueva moción, el gobernante la tiene complicada.

Al llevar los pedidos de vacancia a un mero tema de la izquierda y su cuestionable agenda política, que contempla incluso el cambio de la Constitución y el modelo económico, sin duda el presidente Kuczynski trata de minimizar su situación y quizá ganar el apoyo de los rivales de los “camaradas” y de quienes están a favor del indulto a Fujimori. Sin embargo, el Mandatario bien sabe que su cruz está por otro lado, muy lejos del pretendido “cuco” comunista.

La situación que atraviesa el presidente Kuczynski y todo el país se debe a sus acciones y omisiones que hace poco casi lo mandan a su casa, de no haber sido por el arreglo con Kenji Fujimori. Hoy esa arma de negociación que era el indulto ya no existe, por lo que Palacio de Gobierno debería elaborar una estrategia de supervivencia del Mandatario que vaya más allá del discurso del complot de la izquierda, que fue lo que escuchamos ayer en la Cámara de Comercio de Lima.