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-Si el gobierno ya optó por una mano firme en Espinar, lo peor que podría hacer ahora es retroceder, como cobardemente lo hizo Del Castillo en Combayo o Toledo con el cerro Quilish. Esa es la mejor receta para que le pierdan el respeto desde el saque y se repitan incesantemente estas asonadas. A juntar los dientes, meterle la ley -y palo- sin contemplaciones a los rojos violentistas y seguir de frente nomás, a lo Thatcher.

-Si bien ya el término había sido usado por otros personajes públicos, quien popularizó el concepto político "la mayoría silenciosa" fue Richard Nixon en un célebre discurso que dio a la ciudadanía yanqui en noviembre de 1969. El impacto del discurso fue tal que la aprobación de Nixon en las encuestas se disparó del 50% al 80% al sentir la gente que había éste tocado un nervio al refutar abiertamente de que la mayoría de los gringos estuviesen a favor de las revueltas callejeras o de la llamada "Contracultura" hippy.

Un ejemplo macro aquí es el matrimonio gay (con el que estoy de acuerdo). Si un observador foráneo solo se llevase por lo que manifiesta la gran mayoría de los líderes de opinión, pensaría que éste es aprobado por la mayoría aplastante de la población. Sin embargo, las encuestas revelan que es absolutamente todo lo contrario. O algo similar sucedió cuando se instaló la estatua de Cristo en la Costa Verde; la alcaldesa Villarán y todo su bullicioso mundito mediático se pronunciaron vigorosamente en contra.

Es que a menudo los rojos y caviares son los que más se estrellan contra esta mayoría. Los rojos tienen una gran capacidad de mangoneo y movilización callejera, por lo que uno se imaginaría al ver las revueltas y marchas del SUTEP o la CGTP de que cuentan con el mayoritario apoyo ciudadano, pero a la hora de las urnas no llegan a 1%. Uno escucha a Javier Diez Canseco perorar como si fuera la encarnación de millones de personas y apenas llegó al 0.5% de votos en el 2006 como candidato presidencial y ahora mismo no sería nadie si no se cuela en la lista de Humala. Y los caviares weberitos tipo Marco Sifuentes se regocijan en su Twitter de que la revocatoria no haya prosperado -gracias a la tremenda ineficiencia de unos y al obstruccionismo burocrático de otros- como si Villarán fuera ultrapopular cuando ayer mismo su simpatizante La República publicó que el 62% hoy votaría para que se largue inmediatamente y que ella se ha quedado nomás porque esas firmas no se cristalizaron, no porque la gente le adore o aprecie su "trabajo" (ya por fin Villarán se decidió a abrir el mercado de Santa Anita con solo cuatro pabellones tras un año de paralizarlo absurdamente con la cantaleta de que necesitaba un mínimo de seis pabellones para abrirse) como él alucina y proclama a sus patitas de la web.

Y ayer mismo vimos en Cajamarca una manifestación más de lo que es la "mayoría silenciosa" en esa multitudinaria marcha a favor de Conga y en repudio a los violentistas. Es que a menudo se cree que una minoría bullanguera, protestona y violenta constituye el sentir mayoritario cuando en realidad la mayoría la constituyen ciudadanos apolíticos, callados y moderados, que lo que más quieren es defender su bolsillo y su tranquilidad.

Les apuesto de que Gregorio Santos no sería ahora mismo reelecto presidente regional en Cajamarca si hubieran elecciones, como tampoco ese Wilfredo Saavedra o el cura Arana llegarían al 5% de votos. Porque esos "Frentes de Defensa" o esos "dirigentes sociales" (como los llama Carlos Cornejo en Canal N) en realidad no representan a más que bandadas de manipulados ignorantes violentos.

-Hey, hey, hey... Fuerza Social presentó ante la ONPE 294 mil 459 mil firmas para inscribirse como partido en el 2010 y solo tuvieron 145 mil 062 válidas. O sea, le mocharon un altísimo 50% y sin un Carlo Magno buscando el menor detalle, además de que la Villarán hizo un intimidante plantón para presionar al JNE para que este perdonavidas la inscriba apresuradamente en vísperas del cierre.