La mediocridad ja ja

La cita a la que la premier Ana Jara ha convocado a todos los partidos y “fuerzas vivas del país” está condenada al fracaso por una sencilla razón: cada vez es más evidente que al Presidente y a su Primera Dama no les interesa el diálogo. Así de simple. Y si hoy se suman a él, es porque Keiko Fujimori tuvo la audacia de pedir una reunión privada al Mandatario y este, para no darle gusto, dio curso a la iniciativa que Jara venía anunciando sin que ningún partido de peso la acepte.

De ahí que la previsible asamblea del lunes 9 -donde Alejandro Toledo, el pastor Lay y ‘Siomi’ Lerner serán las estrellas- será un capítulo más de la triste comedia en que se ha convertido la política peruana, algo que no es de ahora sino que se remonta a varias décadas atrás. Cómo no va a ser mediocre una oposición que, siendo aritméticamente superior al humalismo, es incapaz de aplicarle un verdadero control político y, sobre todo, proponer UNA AGENDA de desarrollo centrada en los temas que, o bien el Ejecutivo no está viendo de cara al crecimiento económico, o diseña de manera políticamente nefasta, como se vio con la Ley Pulpín.

Y cómo no va a ser mediocre un gobierno que, en tres años, ha visto ¡seis! primeros ministros, una representación parlamentaria menguante y un manejo de sus crisis que solo las empeora. ¿O creen en Palacio que apristas y fujimoristas se han infiltrado en la redacción de la influyente revista The Economist, que esta semana pone el énfasis en las serias carencias de gestión de Humala y compañía?

Lo que tenemos es un Ejecutivo mediocre y una oposición ídem. Un presidente convencido no de adónde quiere llevar al país (presumiendo que quiera seguir apostando por un modelo que -correcciones más, ajustes menos- apunta al crecimiento económico), sino de que a él le basta y sobra con lo que viene haciendo, lo que alimenta su confrontación con opositores a los que desprecia. Así serán los próximos 17 meses. Ojalá me equivoque.