La OIT en Lima
La OIT en Lima

Lima será desde mañana lunes, y hasta el jueves 16 de octubre, sede de la XVIII Reunión Regional Americana de la Organización Internacional del Trabajo – OIT, creada en la primera mitad del siglo XX como parte integrante del Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial. La OIT ha dejado constancia de que la justicia social es esencial para alcanzar una paz universal y permanente entre todos los que intervienen en el proceso productivo. La fuerza que impulsó la creación de la OIT se circunscribió a temas humanitarios, políticos y económicos. De hecho, el preámbulo de su texto constitutivo refiere que las Altas Partes Contratantes estaban "movidas por sentimientos de justicia y humanidad, así como por el deseo de asegurar la paz permanente en el mundo...". Desde aquel entonces ya existía un verdadero reconocimiento a la importancia de la justicia social para el logro de la paz, en contraste con un pasado adverso de explotación de los trabajadores en los países industrializados de aquellos tiempos. Había también una comprensión cada vez mayor de la interdependencia económica del mundo y de la necesidad de cooperación para obtener igualdad en las condiciones de trabajo en los países que competían por mercados; sin embargo, la creciente globalización económica ha traído aparejadas importantes oportunidades para los trabajadores de la mayor parte de los países del mundo, especialmente de los menos desarrollados, entre los cuales se incluyen los latinoamericanos. Lejos de los achaques que algunos le quieran atribuir a la globalización, esta ha sido uno de los mejores vehículos que ha brindado un despunte vertical para el desarrollo de las personas. Lima debe ser una valiosa ocasión para promover la tesis del emprendimiento y la innovación que ahora comparten trabajadores y empresarios. Mirémoslo de esa manera.