Se ha convertido en una práctica obligatoria, que al finalizar los noticieros de América Televisión, sus conductores aprovechen unos segundos para recomendar a los televidentes a no bajar la guardia y a recordarles, sobre todo, que la pandemia no ha terminado. Luego de estos consejos, los periodistas dan las pautas correctas para el uso de la doble mascarilla que redondea ese mensaje vital en tiempos difíciles.

Pero estas buenas campañas no son solo exclusivas del canal de Santa Beatriz, en Frecuencia Latina, Monica Delta y Christian Hudtwalcker, cuando tienen entrevistados en el set usan la respectiva protección para evitar cualquier contagio, y ese ejemplo, vale tanto o más que un discurso. A puertas de una tercera ola de la pandemia generada por la COVID 19 y de las noticias frecuentes de nuevos contagios - inclusive entre los vacunados, es importante que nuestros líderes de opinión refresquen a la población que el peligro está intacto.

Pero, mientras por un lado, los periodistas se preocupan por reafirmar que está vigente la crisis sanitaria, los espacios de entretenimiento parece que han tirado la toalla y es vital que se hagan algunos ajustes porque “una imagen vale más que mil palabras”. Si en “La Voz”, al inicio, los participantes saludaban de lejos a los entrenadores, hoy en “La Voz Senior” se prodigan abrazos y apapachos a discreción y en “América Hoy”, el contagio de una de sus conductoras puso de vuelta y media al programa.

Y claro, por más filtros que se consideren, si hay movimiento de invitados, personal y producción, como si no pasara nada, vamos a tener siempre sorpresas. Es evidente que en los programas en vivo de televisión siemore estará latente el contagio, lo que exigirá el reforzamiento de los protocolos, pero hay que advertir con preocupación que estamos siendo testigos de la reactivación musical sin mayores exigencias para el ingreso que alcohol y toma de temperatura.

No estamos hablando de teatros donde se usa la doble mascarilla y hay distanciamiento, nos referimos a espectáculos al aire libre en el que se está convocando a miles de personas. A ajustar protocolos para evitar sorpresas desagradables, esa es la fórmula, antes que sea demasiado tarde.