En la última encuesta de GfK, la aprobación presidencial bajó de 32% a 19% y la desaprobación subió de 58% a 77%. Estas cifras son una mala noticia, porque un gobierno que no tiene mayoría en el Congreso necesita de la aprobación de los ciudadanos para tener el respaldo que le permita gobernar, pero además porque el Presidente piensa que estas cifras no son correctas, según su declaración a RPP al decir: “No ha pasado nada grave”, entendiendo que no ha pasado nada que justifique esta caída en las encuestas.

Si bien era difícil prever que la aprobación presidencial cayera de manera tan abrupta y a niveles tan bajos, es claro que la razón de esto no puede ser otra que la huelga de los maestros, debido a que esta huelga afecta de manera directa a un gran porcentaje de los hogares peruanos con hijos en edad escolar, y el 72% de la población piensa que el Gobierno ha manejado muy mal esta crisis. Lo grave de esta percepción, dados los resultados de la desaprobación, es que gran parte de la población, incluyendo los niveles socioeconómicos más altos, comienza a pensar que PPK no es capaz de gobernar el país.

PPK no es un político carismático. Debemos reconocer que la suerte empieza a jugar un poco a su favor. Con el inicio de las investigaciones sobre los aportes de Odebrecht a las campañas de Keiko Fujimori y la sentencia del Tribunal Constitucional -que permitiría la fragmentación de las actuales bancadas- Keiko y Fuerza Popular tendrán bastante menos posibilidades de complicar o entorpecer las acciones del Gobierno, lo que le daría a PPK y su gabinete una aparente tregua política. Esto ayuda a que la situación del Gobierno sea un poco menos complicada, pero igual de grave.

Esperemos que el Presidente y el Gobierno no entren en una fase de negación y piensen que las encuestas no reflejan la realidad. Mientras más demore el Gobierno en hacer los cambios que se requieren para gobernar, más complejo será conseguir nuevamente el respaldo de la población. Creo que no será sencillo hacer que la aprobación presidencial mejore. El inicio de esta recuperación requiere que el Gobierno se dé cuenta de que la población percibe errores en la actual gestión y que estos deben corregirse.