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Vivimos durante décadas marcados por la frustración del fracaso constante. Sumergidos en un lamento que parecía eterno, en función a lo poco que se hacía para que nuestra realidad nefasta cambie de manera radical. Nos acostumbramos a la derrota, a la desdicha, al desaire del destino. Y cuando menos lo pensábamos, las cosas comenzaron a cambiar, aquellos que parecían inamovibles se movieron y eso que se hacía inalcanzable se alcanzó. Comenzamos a creer sin darnos del todo cuenta de lo que estaba sucediendo; la alegría nos agarró por sorpresa, la sonrisa se nos dibujó como un tajo torpe que nos costó asimilar. El Mundial dejó de ser nuestra bestia negra y se volvió nuestra verdad.

Una vez ahí, nos desquitamos en lo anímico como pudimos. En tres partidos liberamos ese grito contenido, le quitamos las cadenas a la alegría que durante años se alojó sin esperanza dentro de nosotros. No avanzamos, es verdad, pero la sola clasificación, por diversos motivos, ya significó mucho para nosotros. Negar eso es mentir. Podemos hablar de mediocridad, de conformismo, de lo que se quiera, pero esto no deja de ser cierto: clasificar nos dio una alegría indescriptible. Ese Mundial es histórico para nosotros, pero su resaca puede ser letal.

Lo que debía ser un periodo de sosiego, para que la FPF trabaje con calma en la proyección del futuro inmediato del fútbol peruano, ha terminado convirtiéndose en un escenario nefasto e indigerible. Los audios en los que se vincula a Edwin Oviedo, en un caso de supuesto tráfico de influencias con jueces del Poder Judicial, han dañado profundamente los cimientos del trabajo que se venía realizando en esta Federación renovada. El tiempo que ha pasado sin que la voz de Oviedo sea escuchada para explicar algo sobre el asunto genera una inestabilidad que parecía imposible hace poco más de un mes.

Juan Carlos Oblitas, el responsable de que Ricardo Gareca haya sido entrenador de la selección peruana, parece no sentirse cómodo en la FPF y su partida, a pesar de haber renovado hace poco su vínculo con la entidad, se traduciría en la partida definitiva de Gareca. Felipe Cantuarias, presidente de la Comisión Organizadora de Competencias de la FPF, anunció días atrás que Oviedo daría una conferencia de prensa en la que aclararía todo lo que se ha venido diciendo. Además, se daría a conocer la lista de invitados de la FPF a los partidos de Perú no solo en el Mundial, sino también en Eliminatorias y amistosos. Sin embargo, el jueves, la FPF lanzó un comunicado en el que aseguraba que Oviedo se encontraba en Suiza y que la información en cuestión se daría a conocer a través de las redes sociales. Una falta de coordinación en el mensaje que no se veía hace mucho.

Lo que urge hoy es que Oviedo hable cuanto antes y haga lo necesario para que el fútbol peruano no se manche más.

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