GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

En términos prácticos, Pedro Pablo Kuczynski demandaría a Palacio de Gobierno menos gasto que su rival electoral, Keiko Fujimori. Pasemos al mapa, como diría el recordado expresidente Fernando Belaunde Terry.

El septuagenario economista solo llegará con su esposa, Nancy Ann Lange, porque su hija menor, Suzy, estudia en Boston, Estados Unidos. Es decir, apenas dos bocas que alimentar.

La hija de Alberto Fujimori, en cambio, aterrizará con Mark Vito Villanella, su sonriente esposo, y sus dos niñas Kyara Sofía y Kaori Marcela, que están en época escolar y necesitan una serie de atenciones y cuidados que acarrean dinero.

Por lo demás, se entiende que el clan Fujimori es más numeroso que los Kuczynski, y seguramente, además de doña Susana Higuchi (que ahora dice querer al “Chino”), hasta Kenji bajaría a comer con las sobrinas.

Algunos dirán que somos mezquinos al repasar este tipo de detalles, pero nuestra intención no tiene onda crítica sino informativa, habida cuenta de que con Nadine Heredia el gasto en lujos y gollerías estuvo a la orden del día en la Casa de Pizarro.

Y es que aunque suene trillado, la plata no llega sola: el dinero del Estado es el dinero de todos los peruanos. Por lo tanto, es absolutamente legítimo calcular con escrutinio los futuros gastos (esperemos que no despilfarros) del próximo gobernante.

Otros acotarán que la mochila política de Keiko también es más pesada que la de PPK y de repente no les faltará razón, empero son los 22’901,954 votantes quienes deben emitir un juicio de valor al respecto.