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La reciente gira oficial de los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y su esposa Catalina, a la India y Bután ha promovido el inevitable recuerdo del viaje que realizó hasta la excolonia británica la desaparecida princesa Diana, madre de Guillermo. Los medios de comunicación de todo el mundo, aprovechando la foto que se tomó la pareja real británica en el emblemático Taj Mahal, desempolvaron los archivos para mostrar otra, y en el mismo lugar, cuando Diana realizó solitariamente un viaje a la India en 1992. En esa época, la lectura política advertía que haber realizado un viaje sin su esposo, el príncipe Carlos, heredero de la Corona británica, era una mala señal acerca del futuro de la pareja matrimonial palaciega. Las especulaciones se hicieron realidad y ese mismo año el divorcio de los príncipes de Gales fue anunciado. Habían transcurrido tan solo 12 años de aquella boda real que para muchos fue considerada la boda del siglo en el planeta, que evocaba los cuentos de hadas de Disney. Carlos y Diana se divorciaron en 1996 y el mundo que la conoció quedó entristecido con su trágica muerte, un año después, en el centro de París, al intentar escapar de los paparazzi. Diana fue una perfecta embajadora de su país y su viaje a la India sirvió para allanar más la relación bilateral con uno de los estados más emergentes del Asia que alcanzara su independencia de los ingleses por la persistencia de Gandhi y de su primer ministro Nehru, en 1947. Guillermo, que ha tenido un caluroso encuentro con el actual primer ministro hindú, Narendra Modi, y conoce de la gravitación mundial de la India, como su madre, también afianzará la mejor vinculación entre ambos países.