Ha sido aprobado en calidad de dictamen en el seno de la Comisión de Educación del Congreso de la República, la prórroga del bachillerato automático para quienes en la condición de egresados de la universidades puedan acceder al primer grado académico a la conclusión de sus carreras universitarias. Me parece muy acertada la decisión preliminar que debería ser confirmada a ojo cerrado por el Pleno del Parlamento Nacional.
La pandemia del COVID-19 declarada por la Organización Mundial de la Salud – OMS el 11 de marzo de 2020, ha impactado también en la educación en todos los niveles que contamos en nuestro país, y la investigación, cada vez más costosa, debe ser un factor que no puede pasar inadvertido por nuestros legisladores. En honor a la verdad, lo han venido contemplando y en esta ocasión corresponde seguir haciéndolo por la gravedad de los estragos que viene dejando a su paso esta enfermedad, donde la más importante ha sido sin duda, el luto nacional por los casi 200 mil peruanos fallecidos, muchos de ellos padres de familia y columnas vertebrales de los proyectos educativos de sus hijos en edad escolar y/o universitaria.
La capacidad adquisitiva de nuestros estudiantes en la educación superior y la de sus familias, entonces, se ha visto mermada ostensiblemente, por los efectos que viene dejando a su paso el coronavirus, con cuotas de pensiones atrasadas y altos índices de deserción. Es necesario que el derecho siga poniéndose a tono con una realidad que no se puede evadir, ese es su objetivo. La investigación no se puede realizar solamente por internet y cada vez supone rigurosidades que difícilmente podrían ser cubiertas en las actuales circunstancias pandémicas.
La necesidad de que el derecho recoja la referida realidad que vienen viviendo miles de jóvenes, principalmente, y a lo largo y ancho del país, debe brindarles facilidades que no es lo mismo que relajar las exigencias para contar con este primer grado académico que más bien pudiera abrir la cancha para que cuenten con un primer peldaño en un mundo extraordinariamente competitivo. En adelante, una aprobación hasta por el quinquenio que acaba de iniciarse, coadyuvará con un mayor margen de posibilidades para una juventud fuertemente dominada por una realidad jamás creída ni prevista. Es lo esperado.