¿La salida de Alberto Fujimori implica un cambio en el escenario político? Creo que a su edad, el condenado expresidente ya no despierta las mismas antipatías de hace unos cinco años, pero tampoco es un huracán que crea nuevos seguidores. Sin embargo, su liberación no ha traído la reconciliación que querían vender.
Hace unos 15 años, cuando a Fujimori se lo llevaron a una clínica, algunos medios de comunicación vendieron una mentira tan grande como la pena a 25 años de prisión que rige contra el exmandatario: tenía una enfermedad terminal y estaba en las últimas. Resultó ser una patraña elaborada por sus acólitos de la prensa.
Fujimori debe más de 50 millones de soles de reparación civil y no ha amortizado ni medio. El hecho de haber sido dignatario no le da derecho a meterle cabeza al Estado, sino, por el contrario, tiene la obligación moral de cancelar cada sol que le adeuda al Perú. ¿Por qué los terroristas no pagan tampoco lo hace un expresidente? Entonces, Fujimori debe años de condena y dinero. Si en realidad querían una reconciliación con la mayoría de peruanos, aquellos que siempre votan -por convicción o arrastre- contra su hija para presidenta, los albertistas tienen que dar una muestra de arrepentimiento y humildad. Lamentablemente, esto no va a ocurrir.
¿Tendremos al Fujimori mayor pidiendo una cuota de poder a su hija? Sí, la que le corresponde a Kenji. La única reconciliación que podría lograr es entre su hijo y Keiko, aunque esta última lo haya metido en un lío judicial por negociar el indulto de su padre con los votos congresales contra la censura de PPK.