En medio de idas y venidas, por fin salieron los cambios de colocación de los oficiales de la Policía Nacional, los cuales, como es obvio, deben estar orientados principalmente a hacer efectiva la lucha contra la delincuencia común, pero también para poner tras las rejas a esos otros delincuentes pertenecientes a la banda encabezada por Pedro Castillo que aún están prófugos y riéndose de la justicia y de todos los peruanos.
Castillo está fuera del poder y preso por golpista y corrupto desde hace un año y un mes. Se supone que su red de saqueadores del Estado ha sido desmantelada. Sin embargo, hasta ahora no es posible dar con el paradero de prófugos de alto vuelo como el exministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva; el sobrinísimo Fray Vásquez Terrones, y el doblemente corrupto y dueño de Perú Libre, Vladimir Cerrón.
Sobre el primero de ellos, hace poco la presidenta Dina Boluarte dijo que quizá se encuentre en Venezuela, como hace un año advirtió un programa dominical, que indicó que el prófugo gozaría de asilo de parte de la dictadura chavista. Bueno, si la mandataria también tiene esa sospecha, sería bueno saber si al menos se han hecho las consultas a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, teniendo en cuenta que mantenemos relaciones diplomáticas plenas con Caracas.
Del sobrinísimo que hacía de portero y anfitrión en la guarida de Sarratea, es poco lo que se sabe. Pero si su tío ya está preso y sin poder, ¿por qué es tan difícil arrestarlo? ¿Alguien lo sigue protegiendo para que no abra la boca? Caso diferente es el de Cerrón, quien hace “vida política” desde su escondite y hasta pecha y se burla de la Policía Nacional, que no logra ponerlo tras las rejas ante las dos órdenes de arresto que tiene en su contra. ¿También tiene padrino?
Una muestra de que el actual gobierno no protege a estos impresentables, sería detenemos y ponerlos a disposición de la justicia. Se entendería que sigan libres en un gobierno putrefacto como el del golpista de Chota que hasta cambiaba ministros y jefes policiales para tan fin, pero si se supone que eso ya es parte de la triste historia del Perú, ¿por qué no caen? Tenemos un Policía Nacional que cuando se propone hacer bien su trabajo, lo hace. ¿Qué está pasando?