El domingo último, Cuarto Poder ha demostrado que el actual presidente del Congreso, Alejandro Soto, de Alianza para el Progreso (APP), sí vive con la madre de su hijo, lo que evidenciaría que mintió al afirmar que no tenía una relación con ella, en su intento de negar que haya cometido nepotismo al dar trabajo en el Congreso a la hermana de su negada pareja sentimental.
En cualquier otra circunstancia, este señor, con todos los cuestionamientos que arrastraba, jamás debió ser presidente del Congreso. Sin embargo, acá primó el acuerdo bajo la mesa entre las diversas bancadas. Al asunto del nepotismo del que salió bien librado gracias a esta supuesta mentira, se suman cuestionamientos a sus grados académicos, como “digno” representante del partido de César Acuña.
También está el voto del actual titular del Congreso en favor de un proyecto que lo favorecía para librarse de un juicio penal en Cusco, el cual luego se llamó la “Ley Soto”.
Ahora Soto tendría que ser llevado por lo menos a la Comisión de Ética Parlamentaria, pero ya sabemos que ese grupo de trabajo es más inservible que el cenicero de una moto, y que no aplicará sanción alguna, lo que solo hará que la gente se indigne aún más con el Congreso y la gente nefasta que llevan a él los partidos políticos.
Por todo esto, Soto no ha dado cara a los medios en casi diez meses de gestión. Por eso la importancia de que las autoridades den entrevistas y declaraciones públicas. No es un capricho de los periodistas, es hacer valer el derecho de los ciudadanos a estar informados.