El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha generado polémica por algunas frases proferidas en su visita a Lima. Por ejemplo, ha destacado la gestión del presidente Pedro Castillo en el sector agricultura, cuando todos los peruanos somos testigos de la crisis en el campo por la falta de fertilizantes y de los precios por las nubes de los productos agrícolas, como el de la papa.
Almagro demuestra estar desinformado con respecto a la realidad peruana o estar tratando de levantar la imagen del profesor. Para ser objetivo no solo debe ser receptivo a las versiones del Gobierno, sino también a la de los agricultores, que ya protagonizaron un paro nacional con muertos y heridos y que en cualquier momento volverán a las calles a protestar porque no solucionan sus demandas. Para colmo, las licitaciones de la urea se han caído por las irregularidades cometidas por funcionarios del Ejecutivo.
Almagro también ha dejado en claro que “no es momento de insistir y crear narrativas de polarización y discriminación que solo llevan a más violencia” en la región. Si somos objetivos, en nuestro país, buena parte de estos discursos que generan polarización y división han sido lanzados por el presidente Pedro Castillo y su primer ministro Aníbal Torres.
Este momento crítico por el que atraviesa el Perú es consecuencia también de la confrontación entre ciudadanos. El Gobierno es incapaz de plantear medidas concretas para una agenda que contemple un gran consenso nacional, de paz y desarrollo.