En las últimas semanas, el Congreso aprobó una serie de normas por insistencia y pese a las observaciones del Ejecutivo. De estas resaltan la ley de eliminación del Contrato Administrativo de Servicios (CAS) en el sector público y la norma que faculta al Banco Central de Reserva (BCR) a fijar los límites mínimos y máximos en las tasas de interés bancario.La primera ya fue publicada en El Peruano y trajo como consecuencia que todos los procesos de selección de personal del Estado bajo esta modalidad queden en suspenso hasta que se reglamente la mencionada ley.
La norma que fija los topes de interés es aún más dañina puesto que dificultaría el acceso a los créditos baratos a las personas que menos recursos tienen y estas se verían obligadas a recurrir al mercado negro de préstamos informales, con intereses mucho más altos, y con métodos de cobro cuestionables. No olvidemos las muertes que han dejado los préstamos gota a gota.
La Ley que fija los topes parece ser buena en papel, pero su puesta en práctica crearás más problemas que los que, según sus promotores, solucionaría.
Estamos a semanas de un proceso electoral y el festival de populismo sigue en el Parlamento.