Como era de esperarse, la primera entrevista formal a un medio de comunicación que Pedro Castillo Terrones brindó como presidente de la República ha generado diversas reacciones.

La exclusiva del semanario Hildebrandt en sus trece muestra que, a pocos días de cumplir seis meses como mandatario, Castillo Terrones aún no tiene claro qué camino debe seguir su gestión.

La insistencia de un cada vez más lejano cambio constitucional, los lugares comunes y la ingenuidad de algunas respuestas, donde a leguas se nota el media trainning, así como su incapacidad de reconocer a Cuba y a Nicaragua como dictaduras y la nula presencia de un mea culpa de las estrepitosas metidas de pata que ha encabezado como mandatario, solo reafirman que el presidente ha optado por seguir la senda del marasmo y la victimización.

El presidente admite que “está aprendiendo cada día” y eso es bueno, pero a un gran costo para el país y no vemos que ese aprendizaje se traduzca en acciones porque los mismos “errores” se repiten una y otra vez en esta gestión.

¿Qué esperamos, entonces? Pues que continúe su gobierno y que la gestión se centre en hacer el menos daño posible. El país ya está lo suficientemente golpeado sin su ayuda.