El imaginario popular atribuye la frase “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros” al comediante Groucho Marx. La autoría de esta cita está en polémica, pero no se puede negar que su contenido resume lo que viene ocurriendo en el país.

Los congresistas, en su afán populista, aprueban mamarrachos y luego se desdicen, buscan dar marcha atrás en sus decisiones o, en el peor de los casos, dicen que “los sorprendieron”.Esta frase es especialmente preocupante porque demostraría que no leen lo que aprueban. Su trabajo es crear leyes que beneficien a todo el país, no solo a ellos, y lo mínimo que deberían hacer es conocer los contenidos de las cosas sobre las que van a pronunciarse, así sea para votar en contra y más si lo harán a favor.El populismo y la corrupción deben ser desterrados, pero se resisten a ser alejados. Patalean y luchan con garras y dientes para sobrevivir porque no tienen nada que perder. Por eso sorprenden las decisiones del Congreso, ¿o es que acaso los legisladores están a su servicio y por ello no les importa destruir la Constitución para mantener el poco poder que ostentan y alargar su vigencia lo más que puedan para seguir dañando al país’ Los parlamentarios deberían recordar que su trabajo es un servicio al país y no al revés.